Tenían razón los que me decían que esta ciudad era diferente. Única. Si Rio no existiera habría que inventarla.
Desde las playas de Copacabana e Ipanema hasta los imponentes miradores de Pan de Azúcar o el Corcovado. Hay que vivirla. Pero da igual lo que diga. Con todo, sus atascos y su calor asfixiante. Sus fabelas y su policia (y sus conductores de guagua).
Seguro que una vida no es suficiente para conocerla a fondo. No me pidan entonces mucho si les digo que solo pude disfrutarla un par de días. Eso sí, hasta la próxima vez.
Es una suerte poder viajar por Rio de Janeiro(aunque sea a través de fotos) desde el despacho. Gracias Joni!! (Un comentario positivo? Uy qué raro! Me voy a mirar la fiebre...)
ReplyDeleteEl agradecido soy yo por el seguimiento (en muchos casos inesperado). Me alegra saber que además es con gusto. Ánimo con la tesis que imagino que te estará quitando el sueño.
DeleteUn abrazo fuerte.
PD: Cierto que tu amabilidad me sorprende. Haztelo mirar.